Ahorrar energía, reducir costes y preservar el medio ambiente
Desde el punto de vista energético, las ventanas anteriores a 1995 resultan obsoletas, están parcialmente dañadas y técnicamente mal equipadas. ¿Cómo se sabe si hay que cambiar o no una ventana?
Si el vidrio condensa la humedad es señal de que ha perdido propiedades aislantes. Compruebe si el marco sigue cerrando bien, o si está en malas condiciones. ¿Resulta difícil de abrir y cerrar? ¿Se notan corrientes de aire frías y desagradables cerca de la ventana? ¿Ha subido su factura de calefacción? Si la respuesta a estas preguntas es positiva, eso significa que ya va siendo hora de cambiar las ventanas.
Una inversión que merece la pena
Cambiar las ventanas viejas por otras nuevas es una inversión que merece la pena. Una de las principales razones para cambiar las ventanas suele ser reducir costes excesivos e innecesarios de calefacción y aire acondicionado.
Las ventanas aislantes modernas se caracterizan por poseer marcos y vidrios con buenas propiedades de aislamiento térmico. Esos dos elementos contribuyen al ahorro de energía. Gracias a su buen aislamiento, las nuevas ventanas proporcionan más comodidad para su hogar y ayudan a reducir significativamente el consumo de climatización.